Dos pequeñas iglesias se asoman a la plaza de la Basílica del Santo: la de la izquierda es el Oratorio de San Jorge. El edificio, que comenzó siendo la capilla funeraria del marqués Lupi di Soragna, se terminó en 1377. El interior fue pintado por Altichiero da Zevio, que completó el espléndido ciclo pictórico en 1384. En la pared del altar están representadas la Crucifixión de Cristo y la Coronación de María; en la pared interior de la fachada, los acontecimientos de la Infancia de Jesús; en la pared izquierda, los episodios de la Leyenda de San Jorge; en la pared derecha, las Historias de Santa Catalina y Santa Lucía. Desde el 24 de julio de 2021, este ciclo pictórico ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, junto con otros siete ciclos de la ciudad de Padua (otros dos se encuentran en el complejo de la Basílica de San Antonio).